Estrés: II. Las consecuencias
Con alto nivel de excitación del sistema nervioso autónomo es difícil modular la tensión, tomar referencias fiables, y esto genera dificultades para realizar las actividades de la escena. Una parte de la atención se desvía de la actividad, así la escucha y la capacidad de recibir información, comprender y reaccionar, se reducen drásticamente; la persona lo percibe y aparece el miedo al error. Consecuentemente la preocupación por la competencia social y por la imagen que se da.
Los movimientos reflejos e inconscientes implican una pérdida de control, de flexibilidad articular y disponibilidad muscular. Se reduce la percepción del propio cuerpo y las emociones.
A veces puede derivar en necesidad de atención o reconocimiento, en una preocupación por controlar la propia imagen, en perfeccionismo y bloqueo ante la posibilidad del error. Puede aparecer narcisismo, resistencias al cambio, justificaciones del tipo “yo soy así” o “no puedo”, que anclan a la persona a sus propios reflejos, imágenes o proyecciones, y que bloquean las posibilidades de aprendizaje.
Los neurólogos señalan que un alto nivel de excitación (sistema simpático) implica un descenso drástico en la actividad del nervio vago, y una activación intensa del músculo psoas.
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