El movimiento para la emancipación intelectual fue una de las consecuencias de
la ilustración y del ideario de la Revolución Francesa. Los planteamientos pedagógicos de Joseph Jacotot (1770-1840) excedieron el ámbito de la educación y apuntaban al hombre
entendido en una perspectiva amplia. Propuso un método
didáctico cuestionador. Recojo aquí algunos párrafos al respecto del
lenguaje, la comunicación y el arte. Gracias, Concha.
Rancière, Jacques (1987) El maestro ignorante. Cinco lecciones sobre la emancipación intelectual. Barcelona, 2003. Ed. Laertes. P.37 y ss.
«(...) el pensamiento se
convierte en palabra, después esta palabra o esta expresión vuelve a ser pensamiento; una idea se hace materia y esta
materia se hace idea; y todo esto es resultado de la voluntad. Los pensamientos
vuelan de un espíritu a otro sobre el ala de la
palabra. Cada expresión es enviada con la intención de llevar un único pensamiento, pero a
espaldas del que habla y como a pesar suyo, esa palabra, esa expresión, esa larva, se fecunda por la voluntad del oyente; y la
representante de una mónada se convierte en el centro
de una esfera de ideas que proliferan en todos los sentidos, de tal modo que el
hablante, además de lo que quiso decir, dijo
realmente una infinidad de otras cosas; (...)»46
(...) este esfuerzo constante por traducir y contratraducir
los pensamientos en palabras y las palabras en pensamientos. Esta voluntad que
preside la operación no es una receta de
taumaturgo. Es el deseo de comprender y hacerse comprender sin el cual ningún hombre daría sentido a las materialidades
del lenguaje.
(...) Toda palabra, dicha o escrita, es una traducción que sólo tiene sentido en la
contratraducción, en la invención de las causas posibles del sonido oído o de su rastro escrito: la voluntad de adivinar que se
aferra a todos los indicios para saber lo que tiene que decirle un animal
razonable que la considera como el alma de otro animal razonable.(...)
Improvisar es, se sabe, uno de los ejercicios canónicos de la enseñanza universal. Pero es, en
primer lugar, el
ejercicio de la
virtud primera de
nuestra inteligencia: la
virtud poética. La
imposibilidad de decir la verdad, a pesar de sentirla, nos hace hablar como
poetas, narrar las aventuras de nuestro espíritu y comprobar que son entendidas por
otros aventureros, comunicar nuestro sentimiento y verlo compartido por
otros seres que también sienten. La improvisación es el ejercicio a través
del cual el ser humano se conoce y se confirma en su naturaleza de ser
razonable, es decir, de animal «que crea palabras, figuras,
comparaciones, para contar lo que piensa a sus semejantes».48 La virtud de nuestra
inteligencia es menos saber que hacer. «Saber no es nada, hacer es
todo.» Pero este hacer es básicamente acto de comunicación.
Y, por eso, «hablar es la mejor prueba de
la capacidad de hacer cualquier cosa».49 En el acto de la palabra el
hombre no transmite su conocimiento sino que poetiza, traduce, e invita a los
otros a hacer lo mismo. Comunica como artesano:
manipulando las palabras como herramientas. El hombre comunica con el
hombre por la obra de sus manos así como por la de las palabras
de su discurso: «Cuando el hombre actúa sobre la materia, las aventuras de este cuerpo se
convierten en la historia de las aventuras de su espíritu.»50 Y la emancipación del artesano es, en primer lugar, la reconquista de esta
historia, la conciencia de que su actividad material es de la misma naturaleza
del discurso. Comunica poetizando: como un ser que cree su pensamiento
comunicable, su emoción susceptible de ser
compartida. Esta es la razón por la cual la práctica de la palabra y la concepción de toda obra como discurso son, en la lógica de la enseñanza universal, un preliminar
a todo aprendizaje. Es necesario que el artesano hable de sus obras para
emanciparse; es necesario que el alumno hable del arte que quiere aprender. «Hablar de las obras de los hombres es el medio de conocer
el arte humano.»51
Notas que aparecen:
46 Enseignement
universel. Droit
et philosophie panécastique, Paris, 1838, p. 11-13.
47 Ibid., p. 231.
48 Musique, p.
163. 49 Ibid., p. 314. (Enseignement universel. Musique, 3.a ed. París, 1830, p. 349.)
49 Ibid., p. 314.
50 Droit et philosophie panécastique, p. 91.
51 Musique,
p. 347