«Importa
muy poco el saber qué es lo que se va a decir, si no se puede hablar
con facilidad y con elegancia. E incluso esto no es suficiente; lo
que se dice debe realzarse con la voz, la fisionomía y el gesto. ¡Y
qué necesaria es la teoría! Sin ella, aunque la misma naturaleza
sea de ayuda, no se podrá tener, sino por casualidad, una buena
elocuencia y esto, raras veces».
Cicero
in Bruto c.29. Quid
dicam opus esse doctrina? Sine qua etiam, si quid bene dicitur,
adiuvante natura, tamen id, quia fortuito fit, semper paratum esse
non potest.
Cicerón,
Bruto, 111.1-111.4, ed. Malcovati. Traducción de Juan Antonio Ayala,
México;1966, p.33. En:
Doménech, Soria y Conte (2011), La expresión de las pasiones en el
teatro del sigo XVIII. Fundamentos. Página 217.