Las actitudes forman parte esencial de las competencias a adquirir como resultado del aprendizaje. Habilidades y conocimientos se sustentan en unas actitudes sin las cuales el aprendizaje no funciona.
Necesitamos delimitar, establecer límites frente a la cotidianidad. Están los horarios, están las salas, están los materiales, y sobre todo estás tú, estamos nosotros. Cada puerta que atravesamos es una oportunidad de cambio frente a lo cotidiano, una ocasión de ir más allá. Los límites nos protegen, nos señalan los espacios, los tiempos, la mirada, la necesaria presencia. Estar y ser. Después de cada puerta está, primero, el encuentro contigo mism@. Necesitamos la intimidad del silencio.
Sin abandonarlo nunca, el silencio permanece como un poso que genera y acoge la palabra dramática, es su raíz.
Paralelamente, de la inmovilidad nace el movimiento. Silencio e inmovilidad, palabra y movimiento terminan cruzándose, enriqueciéndose mutuamente en el escenario. Sin confundir la palabra con el discurso, la inmovilidad con el estatismo, y el movimiento con la gesticulación y el agitarse (...).
El reposo es el silencio del cuerpo, dijo Balzac.
Me callo para luego poder hablar mejor, no enmudezco sino que me alejo un instante de las pasiones humanas, entro en un estado de calma que facilita la comprensión del mundo que me rodea, ofreciéndome ojos hacia lo invisible, y facilitando que resuenen en el interior las dinámicas, los volúmenes, el color, los ritmos exteriores. La calma, la neutralidad, es la página en blanco donde escribiremos nuestras emociones.
(...)
Adentrarse en el silencio es alejarse del comentario, del discurso explicativo, para entrar en la acción y darle el espacio que le corresponde a la palabra.
Jorge Picó
Jacques Lecoq, el silencio y lo invisible.
sábado, 19 de marzo de 2011
domingo, 13 de marzo de 2011
Orígenes del lenguaje
El desayuno de esta mañana en la cafetería del barrio me ha deparado una interesante sorpresa. Hojeando un periódico me he topado con nuevas noticias sobre el orígen de la humanidad, y con referencias a los primeros idiomas. Las investigaciones asocian los pueblos con los genes más antiguos, y los idiomas clic cuyas consonantes son chasquidos, besos y sonidos similares (lenguaje Khoisán). ¡Algunas lenguas khoisán diferencian 120 consonantes con matices de chasquido! Echad una ojeada al artículo. Así que ya hay respuesta para la primera gran pregunta: ¿de dónde venimos?
EL DISCURSO DEL REY (THE KING'S SPEECH)
Como no podía ser menos después de tanto premio, los comentarios sobre la película han llegado a clase. Sí, son unas estupendas actuaciones (que debemos escuchar en V.O para poder apreciar la verdadera magnitud y delicadeza del trabajo), pero hablaremos de otros aspectos.
El mismo guionista, David Seidler, había sufrido disfemia (tartamudez), lo que fué decisivo para su interés en el caso que relata la película.
Como en tantas ocasiones, tras el personaje protagonista, una película revela la biografía de otro personaje desconocido pero importante. Meses antes del rodaje aparecieron los papeles de Lionel Logue, entre los que no solo estaba el discurso que da título a la película, sino también notas sobre su trabajo con el Duque de York.
Es interesante señalar la similitud de las dificultades del protagonista con algunas que hemos encontrado en el aula, primero porque nos señala algunos puntos clave, y después porque podemos ver que no son nuevas ni extrañas. Es frecuente: la “disposición nerviosa” -escribió Logue del Duque de York-, el tabaquismo, la posición edelantada de la cabeza, la tensión en la garganta, la tensión en la mandíbula (“Contrae los dientes y las muelas”), la elisión de sonidos y pequeñas palabras, etc.
Se ha destacado en los comentarios de clase, el momento en que vemos las pausas y tonemas señalados en el texto del discurso. Como se ve, no es algo nuevo.
Es interesante señalar la similitud de las dificultades del protagonista con algunas que hemos encontrado en el aula, primero porque nos señala algunos puntos clave, y después porque podemos ver que no son nuevas ni extrañas. Es frecuente: la “disposición nerviosa” -escribió Logue del Duque de York-, el tabaquismo, la posición edelantada de la cabeza, la tensión en la garganta, la tensión en la mandíbula (“Contrae los dientes y las muelas”), la elisión de sonidos y pequeñas palabras, etc.
Se ha destacado en los comentarios de clase, el momento en que vemos las pausas y tonemas señalados en el texto del discurso. Como se ve, no es algo nuevo.
Por fin, resulta difícil no pensar en otro personaje importante que vivió y trabajó igualmente en Londres: Frederick Matthias Alexander. Al igual que Logue, provenía de Australia, era actor, y trabajó en el ámbito de la voz y la palabra. Alexander fue un referente importante desde 1910 hasta 1940, en que se trasladó definitivamente a los Estados Unidos, donde continuó su trabajo al menos hasta 1950. Debieron conocerse.
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